Y quizás el último... este puerto es lo que tiene, que mientras estás inmerso en su exigente ascensión nunca sabes si el año que viene lo podrás volver a subir, por la edad o por que nunca sabemos qué nos deparará la vida... Así que mientras podamos subirlo, que siga la fiesta!!!
Decir que ahora lo subo con un desarrollo mas propio de bicicleta de montaña, y no por eso sin sufrir, y que después cuando estás arriba y puedes empalmar con tramos de pista forestal exquisitos, vale la pena subir con la bicicleta de ciclocros con cubiertas de mediana medida para luego disfrutar por el esterrato del Garraf.
A medida que pasaba la jornada, me he ido encontrando muy bien, creía que no correr a pié este invierno me iba a mermar la forma pero, muy entonado en los repechos de cara a Vilanova.
!!!GENIAL!!!