LLueve, !qué placer! ayer me hubiera ido bien una salidita en bici pero llovia y sin pensarlo mucho, o si, no hace mucho frio y "motivao" por la lectura del libro "De qué hablo cuando hablo de correr" de Haruki Murakami, regalo de mi mujer en Sant Jordi, salgo con gorra y chubasquero a mojarme de arriba a abajo, 50 minutos a ritmo de maratón, suave, bajo la intensa lluvia, pateando charcos, sin frio, empapado pero calentito y solo otro "sonao" como yo que nos saludamos con una innegable cara de felicidad... "hasta lloviendo... ja-ja-ja..."; "siiii, le digo... estamos chalaos... ja-ja-ja...." Me hubiera encantado haberlo abrazado... ja-ja-ja. (!Cuantas risas, ¿no?)
Del libro, está bien, comencé por el penúltimo capitulo con el sugerente título "Al menos aguantó sin caminar hasta el final" y me intrigó porque al final en la maratón sí andé... cosas que pasan si llevas una preparación mas bien justita como ya os comenté, pero lo principal era acabarla, la primera y quien sabe si no la última... por fin la hice!!!
Yo también he tenido que poner pié a tierra en el Marieblanque por circunstancias adversas, calor terrible y sobrepeso, o retirarme en una Marmotte por calor, mareos y finalmente lluvia torrencial y lo que en un principio pudo saber amargo, luego vuelves en mejores condiciones y lo superas pero ¿y qué? todo esto, correr, subir puertos al final es muy personal, ¿quien sabe realmente las condiciones objetivas del funcionamiento de tu cuerpo o las motivaciones emocionales irracionales que te llevan a intentar superar un reto? Además, cuando hago algo por primera vez no me gusta hacerlo perfecto porque así dejo la puerta abierta a volverlo a intentar para mejorar... O no... aunque ya digo que ponerte a andar en una maratón para mí no es nada desagradable ni un acto menor o una falta, en este caso, si quería llegar a meta y para beber con comodidad en los avituallamientos decidí andar unso metros y de paso descargar las piernas, una cosa que me encanta de las carreras de montaña, que si la cosa se pone muy cuesta arriba hasta el Killian Jornet se pone a andar... Yo cuando lo vi andar me dije: QUÉ??? Y yo que soy un matao no me voy a poder permitir el lujo de andar unos metros... VENGA YA!!!!
Lo malo de estas cosas son las comparaciones y el sentimiento generalizado de querer demostrar en todo momento que tu vida es estupenda, que así hay que hacer las cosas y que lo que hace otros es, con perdón, una mierda. Constantemente oímos en conversaciones ese yo, y yo, porque yo... porque nos esforzamos en demostrar lo bien que sabemos llevar las cosas y lo bien amueblados que tenemos la cabeza... ¿no es verdad?
Lo malo de estas cosas son las comparaciones y el sentimiento generalizado de querer demostrar en todo momento que tu vida es estupenda, que así hay que hacer las cosas y que lo que hace otros es, con perdón, una mierda. Constantemente oímos en conversaciones ese yo, y yo, porque yo... porque nos esforzamos en demostrar lo bien que sabemos llevar las cosas y lo bien amueblados que tenemos la cabeza... ¿no es verdad?
De las entrevistas a José Luis Sampedro y de sus expléndidos libros me quedo con la entrevista que le hizo Jordi Évole y el concepto del libre pensamiento... que entiendo como el respeto a las opiniones y el pensamiento de los demás... esa sería la base de casi todo, el respeto a los demás.
Si, la lectura de Haruki Murakami da en qué pensar y su vertiente de corredor/escritor toda una declaración de principios acerca del sentido de la vida, correr y el libre pensamiento.
¿Qué pienso cuando corro?
Hazte esta pregunta mientras corres o vas en bicicleta y verás que según tu edad estas cosas pueden variar, de jóven piensas en mejorar, apenas ves el paisaje, solo quieres ir a un buen ritmo pensando en mejorar tus marcas, luego a los 30, poco a poco algún día te das la licéncia de mirar el paisaje, quien sabe si hacer incluso fotos... a los 40 ya notas cierto declibe, ya ves que no recuperas como antes y hasta te paras al coronar un puerto a divisar las montañas cercanas, pasados los 45 te haces ninja... si te pasa un grupo de triatletas los dejas pasar... aunque no te saluden, te planteas quien sabe si acabar una maratón, vas con la colla de los abueletes y te lo pasas muy bien, ojo q si un día decides ir con los mas fuertes, un par de veces al año por gusto, intentas aguantar en el paquete, subir aquel puerto, hacer aquella marcha... en fin, todo e smuy personal y nada ni nadie es mejor que nadie ni nada, eres tú y tu circunstancias, si quieres "correr en serio", lo haces, si te motivan las medias horarias... por gusto nada pica, por obligación todo es un rollo.
¿En que pienso cuando corro bajo la lluvia?
En que mañana no tendré las zapatillas secas para volver a correr... en nada mas.